En tributo al gran Nelson Mandela les dejo este artículo que escribí el 10 de Mayo del 2011 en medio de la más grande depresión que he vivido en mi vida.

 

Hola amigos:

Indudablemente todos tenemos momentos desolados en nuestras vida, sintiendo en el mas oscuro rincón del alma que nuestra vida zozobra por lo que estamos viviendo, que está pasando algo que se llama vida y que muchas veces no tiene explicación alguna, mas allá de nuestro entendimiento nos preguntamos miles de veces por qué pasa esto? por qué a mi? por qué ahora? y podemos pasar horas, días, meses, años haciéndonos estas preguntas. Sin embargo hay una decisión que todo ser humano tiene la opción de tomar en la adversidad, esa opción es la actitud que tenemos hacia las circunstancias. No es lo que pasa lo que determina nuestro destino, sino lo que hacemos con lo que pasa. No se trata de que nos caigamos, sino la velocidad con la que nos levantamos y continuamos con nuestro camino.

Es claro que no tenemos el control de todo o mejor dicho, no tenemos realmente el control de nada en la vida, porque  como dijo muy sabiamente Mario Benedetti «cuando crees tener todas las respuestas, la vida te cambia todas las preguntas», pero ciertamente  sí tenemos el control de nuestras actitudes, de como tomamos las cosas y de las acciones que tomamos al respecto.

Hay muchas historias de personas que han vivido cosas realmente difíciles y que a pesar de todo siguen viviendo su vida con un propósito, con un sentido. Este es el caso de Nelson Mandela que estuvo 27 años en prisión y al salir de ahí, con el afán de unificar su país -Sudáfrica- fue capaz de seguir luchando por su causa que era lograr la libertad de los hombres negros sudafricanos, lo cual logró al ser el primer presidente de Sudáfrica electo democráticamente.

Durante esos 27 años que estuvo en la cárcel, Nelson Mandela constantemente leía el poema «Invictus» que le recordaba que el era el amo de su destino. A continuación les comparto este bello poema:

Más allá de la noche que me cubre
negra como el abismo insondable,
doy gracias a los dioses que pudieran existir
por mi alma invicta.
En las azarosas garras de las circunstancias
nunca me he lamentado ni he pestañeado.
Sometido a los golpes del destino
mi cabeza está ensangrentada, pero erguida.
Más allá de este lugar de cólera y lágrimas
donde yace el Horror de la Sombra,
la amenaza de los años
me encuentra, y me encontrará, sin miedo.
No importa cuán estrecho sea el portal,
cuán cargada de castigos la sentencia,
soy el amo de mi destino:
soy el capitán de mi alma.

Autor: William Ernest Henley

Si en este momento estás en una etapa oscura de tu vida, donde crees que el Universo conspira en contra tuya porque tu vida no es como tu quieres, sabe que tu única y verdadera libertad reside en elegir tu actitud ante la vida.

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Con cariño

Sandra Peniche